jueves, 6 de marzo de 2008

De piñón fijo

Por Álvaro Pombo en El País de 6 de marzo de 2008

Hacer referencia en un debate a un Libro Blanco donde viene todo, es equivalente a reconocer con Don Juan de Mairena que nadie sabe ya lo que se sabe, aunque todos sepamos que de todo hay quien sepa. ZP se refugió el lunes en ese recurso que vuelve inservibles a la vez la ironía y la mayéutica socrática.

En un debate serio todo está dentro y nada hay fuera. Lo que no se debate no existe. Dicho esto, quedó claro que Rajoy se deslegitimó, como mínimo, en dos ocasiones: al repetir, con machaconería de la Cope, que ZP miente siempre. Eso no es verdad. Y al enfatizar demasiado los problemas de la inmigración -muy serios pero inevitables- sin considerar ninguno de sus lados positivos. Lo que ocurre es que Rajoy sabe que la inmigración asusta sobre todo al electorado obrero, que vive la competencia en sus carnes y sabe que votarán a favor de quien tenga, con la inmigración, mano dura.

Es posible que Zapatero estuviera más ágil, aunque no más profundo que de costumbre. ZP es un comunicador superficial que quizá encante a una juventud-SMS, muy poco articulada. Es físicamente muy Mr Bean, con su cara relavada de pepona masculina, ¿es eso lo que gusta a las mujeres?

Rajoy, en cambio, tiene la ventaja de ser feo y parecer realista, cosa que nos gusta a los sexagenarios que estamos, sin embargo, desmovilizados. Ambos dieron la impresión de hallarse incómodos. Cuesta creer que ZP vaya ganando, aunque el lunes estuvo más flexible que Rajoy. Y cuesta creer que Rajoy llegue a superar a ZP por más de un par de puntos. Empate.

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